Duración del vídeo: 16 min.

En este apartado práctico trabajarás la contracción voluntaria del músculo transverso del abdomen con los siguientes objetivos:

1.

Distinguir si es posible realizar una contracción voluntaria aislada de este músculo de la pared abdominal.

2.

Y en qué circunstancias se puede conseguir.

INSTRUCCIONES:

  1. Ver el video y hacer la práctica antes de leer el documento de conclusiones que se adjunta en el apartado “Materiales” de esta lección.
  2. Antes de ver el video, plantéate las siguientes cuestiones:
    ¿Es posible contraer voluntariamente y de forma aislada el m. Trv del Abdomen con respecto a los músculos oblicuos del abdomen?
    ¿En qué circunstancias se puede conseguir?
    ¿Tiene sentido desde el punto de vista funcional del CALP?

CONCLUSIONES DE LA PRÁCTICA DE LA CONTRACCIÓN VOLUNTARIA DEL M. TRANSVERSO DEL ABDOMEN

 

1. OBJETIVO DE LA PRÁCTIA

El objetivo es intentar aislar la contracción voluntaria del músculo transverso del abdomen (TrvA) de los músculos oblicuos.

 

2. POSICIÓN Y PALPACIÓN

POSICIÓN: decúbito supino con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo.

PALPACIÓN: Dedo índice y corazón de cada mano a 2 cm hacia medial y 2 cm hacia inferior desde las espinas iliacas anterosuperiores.

 

 

3. DESARROLLO DE LA PRÁCTICA

OBJETIVO: Realizar la contracción voluntaria del músculo TrvA (con el comando que cada uno prefiera: llevar el ombligo hacia la columna lumbar, subir una cremallera, etc.), con distintas intensidades de contracción (100%, 75%, 5%, visualización de contracción)

 

PRÁCTIA 1: realizar contracción voluntaria del músculo TrvA

SUPUESTO 1: contraer al 100%

SUPUESTO 2: contraer al 75-80%

SUPUESTO 3: contraer al 5%

SUPUESTO 4: visualizar/pensar en la intención de contraer

 

¿Qué podemos sentir en los dedos que palpan?

OPCIÓN 1: los dedos se elevan hacia el techo (son empujados hacia arriba/techo).

OPCIÓN 2: los dedos no se mueven (ni hacia el arriba/techo ni hacia la abajo/colchoneta).

OPCIÓN 3: los dedos se acercan entre ellos.

OPCIÓN 4: los dedos se hunden, bajan hacia la colchoneta, (a la vez que se hunden los dedos se podría notar que se acercan entren ellos)

 

 

PRÁCTICA 2: contracción del suelo pélvico y sentir qué ocurre a nivel abdominal mediante la palpación de nuestros dedos.

SUPUESTO 1: contraer al 100%

SUPUESTO 3: contraer al 5%

SUPUESTO 4: visualizar/pensar en la intención de contraer

 

¿Qué podemos sentir en los dedos que palpan?

OPCIÓN 1: los dedos se elevan hacia el techo (son empujados hacia arriba/techo).

OPCIÓN 2: los dedos no se mueven (ni hacia el arriba/techo ni hacia la abajo/colchoneta).

OPCIÓN 3: los dedos se acercan entre ellos.

OPCIÓN 4: los dedos se hunden, bajan hacia la colchoneta, (a la vez que se hunden los dedos se podría notar que se acercan entren ellos)

 

 

PRÁCTICA 3: espiración suave y prolongada. Soplar muy suave y de forma prolongada como si quisiéramos mover la llama de una vela sin llegar a apagarla

 

¿Qué podemos sentir en los dedos que palpan?

OPCIÓN 1: los dedos se elevan hacia el techo (son empujados hacia arriba/techo).

OPCIÓN 2: los dedos no se mueven (ni hacia el arriba/techo ni hacia la abajo/colchoneta).

OPCIÓN 3: los dedos se acercan entre ellos.

OPCIÓN 4: los dedos se hunden, bajan hacia la colchoneta, (a la vez que se hunden los dedos se podría notar que se acercan entren ellos)

 

 

CONCLUSIÓN

Siempre que notemos la opción 1 (los dedos se elevan hacia el techo), significa que los músculos oblicuos (sobre todo el oblicuo interno) se está activando. El aumento del grosor del músculo oblicuo interno al contraerse es el que hace que los dedos suban hacia arriba/techo.

 

Es verdaderamente complicado conseguir contraer de manera aislada el músculo TrvA sin que los músculos oblicuos acompañen contrayéndose también.

Únicamente cuando sentimos las opciones 3 y 4 estamos aislando verdaderamente la contracción del TrvA del resto de los músculos de la pared abdominal. Y sólo lo podemos conseguir contrayendo de manera muy suave, al 5% o incluso sólo con la visualización de la contracción.

Esto se puede observar y confirmar realizando estas tres prácticas a la vez que se visualizan los músculos oblicuos y el TrvA a través de ecografía, para ver su comportamiento.

 

Hemos realizado esta práctica en decúbito supino para eliminar el efecto de la fuerza de la gravedad en los músculos de la zona abdominal, que como ya sabéis son músculos de sostén y por tanto están muy influenciados por la gravedad.

Por tanto …

La dificultad de aislar la contracción del TrvA, la sutileza que requiere y la posición de decúbito supino nos permite afirmar que pretender contraer de forma aislada el músculo TrvA durante la ejecución de cualquier ejercicio de entrenamiento o durante la práctica de algún deporte es todavía más complejo, por no decir imposible, que hacerlo en decúbito supino, sin ningún movimiento asociado y sin efecto directo de la fuerza de gravedad.

 

En el momento en el que sometemos al cuerpo al efecto de la gravedad en cualquier posición que no sea decúbito supino, todas las estructuras músculo-aponeuróticas del CALP se activan (ajustan su tono) lo necesario y de manera refleja como respuesta a la fuerza de gravedad.  Y en el momento que, además de estar expuestos a la gravedad, ejecutamos cualquier acción motriz, es imposible realizar o mantener una contracción voluntaria aislada y exclusiva del TrvA. Los músculos oblicuos del abdomen y el resto de músculos que forman parte del CALP siempre van a acompañar al TrvA, cada uno de ellos generando ajustes de tono directamente relacionados con la demanda del gesto o movimiento realizado.

 

El objetivo no debe ser aislar la contracción de ningún músculo del CALP del resto de músculos del CALP. Tenemos que poner el objetivo en que todas las estructuras del CALP respondan de manera conjunta, refleja, cada una de la manera que le corresponda en cuanto a intensidad, duración, timing, etc. Siempre ajustada, esta respuesta, a las demandas de la acción motriz que estemos ejecutando y coordinada con el resto de estructuras del CALP, y no bajo la orden de contracción voluntaria de uno u otro músculo.

 

Pero aún así, alguien puede pensar que aunque sea difícil contraer voluntariamente y de manera aislada el TrvA, merece la pena hacerlo, aunque sea por propiocepción.

Nosotras os preguntamos: ¿Es necesario sentir y saber contraer de manera voluntaria y aislada los músculos multífidos cervicales del resto de músculos del cuello con el objetivo de entrenarlos para  que sujeten adecuadamente la cabeza? ¿Lo habéis intentado? Si lo habéis probado, veréis que tampoco es fácil, pero seguramente nadie se lo ha planteado como objetivo indispensable y le ha dedicado muchísimas horas de entrenamiento para conseguirlo.

Entonces… ¿por qué sí se lo pedimos al TrvA?

 

Hablando en términos de rentabilidad de tiempo, dedicación y beneficos, ¿os parece rentable entrenar de manera aislada y en decúbito supino la contracción voluntaria del músculo TrvA, cuando lo que queremos es que cumpla con su función de sujeción cuando estamos expuestos a la acción de la gravedad y además en movimiento?

 

 

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